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domingo, marzo 02, 2008

Terrones de azúcar al mar


Björk:
Sabiendo que no se atenderían más promesas
las olas optaron por romper lánguidamente.
La playa se había vaciado ya de gente
(ojos y carne y ambición, Gloria y torpeza)

Einar:
Todo había terminado
o mejor, todo volvía a estar como al principio:
envuelto en su antigua crisálida de bruma,
grisáceo y algo triste, y tan hermoso...

Björk:
Una lluvia de agujas cancelaba la tramposa
esperanza de un último encuentro fortuito;
amor de verano tiene un plazo, y si ha prescrito,
mejor dejar que la hoja caiga silenciosa.

Einar:
He encontrado trabajo en la ciudad.
La rutina obtendrá su tributo inevitable.
Si pudiera capturar esta brisa y trasportarla,
o acariciar terrones de salitre entre los labios...

Björk:
Einar, la vida es una olla de perdices.
El mar no es un carácter definido:
carece de intenciones y sentido.
Vigila métrica y rima en lo que dices.

Einar:
Björk, la vida es lo que hacemos.
El mar es agua y horizontes.
¿Por qué levantar filigranas en el aire
cuando todo alrededor se desvanece...?

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