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viernes, agosto 26, 2011

Transiciones




Así como el herrero dobla el fuego
o el rastro hace brotar la lejanía.
Así como se pudre la utopía
o el niño mutilado aspira al juego

Así como la noche aboca en ruego
al prodigio atmosférico del día
o el canto de añoranza en demasía
conduce al amargor y al desapego

Así la transición de ti a la nada.
Del júbilo del mar al charco untoso,
del cielo irrebatible al aeropuerto.

¿A qué tanta terapia fracasada
si espera al cabo el símil más gravoso?
Así el gris transitar de vivo a muerto.

Ya vienen por la vera a desfosarte


La brisa rozará tus magros huesos
—ya vienen por la vera a desfosarte.
Fotografía en sepia y estandarte
exhumarán las guerras y los besos.

Reproches no hallarán, no eras de esos;
si acaso alguna rima que aliviarte
antes de combatir el bronco encarte:
esclavos o enemigos, nunca ilesos.

La muerte quiere llanto y ceremonia
a fin de volar lejos, satisfecha
y no anidar en cáncer de memoria.

¡Prepárate a salir, el pico acecha!
No digan que fue sueño aquella historia
y vuelva retorcida y contrahecha.

Marrakech


Salías a la noche abiertamente,
al ver de las barandas, al cremoso
umbral de las columnas de poniente,
a cuerpos de ultramar, hachís leñoso.

Novicia del placer, tu carne quieta
dolía de ofrecer vaciamiento,
lampaba el corazón de sed secreta:
ser llena hasta las puertas del aliento.

Tu hogar en tierra extraña un basto lecho.
El ticket a tu alma un duro pecho.
El fuel de tu aventura la grandeza

de llegar al final, a un indudable
olvido de ti misma en tu proeza:
mesar la permanente a lo mudable.

Pinos de Valsaín



Rumor de monte bajo en aguacero;
te ampara el roquedal, la senda espera
que vuelvas a pedirle compañera
condúceme al tranquilo abrevadero.

Verás el cielo abrirse al estandarte
del pico enharinado, la pradera
mugiendo queda atrás, pero a tu vera
pinos de Valsaín para escoltarte.

¡Encárate a la luz! Que tus escamas
convoquen todo el oro de este mundo,
que vuelen tus sentidos con el viento.

Y si lees los labios a las ramas,
su hexámetro marítimo y fecundo
será tu trascendencia, tu alimento.

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