Vistas de página en total

sábado, diciembre 14, 2013

La muerte te miraba todo el tiempo

 
 
La muerte te miraba todo el tiempo.
Tú eras su gran obra, racimo madurando,  
cosecha que segar llegado el día. 

Juntos ascendimos la colina;
                                              ella miraba
el agua de tus ojos posada en las columnas
de humo de los barrios sobre el valle,
tu cuello prenatal, pulsante y vivo... 


Inmensa, solitaria, cansada,  
en sombra de poder, ella miraba
como madre: sonrisa hasta llorar y tierno orgullo
bruñendo cada célula de tu cara con arrobo. 


Tus risas en la playa las oía
                                             de repente,
en medio de su
noche espaciosa de labor,
y volvía los viejos ojos blancos, como ciega,
abriendo la mandíbula de arrugas al oscuro,
cifrando cada timbre de tu voz,
el lácteo aletear de tus costillas. 


Pura, eterna, inamada, absorta en vastedad,
                                                                      ella miraba
                                                                                         como madre
tu bata de hospital, doblada y limpia,
la mota de polvo flotar sobre tu hombro en la ventana,
la gota detenida entre la luz, temblante y fría.


viernes, octubre 11, 2013

Venus entre látex



Alejandría ha venido esta noche a la piscina
                                                                      al borde del hotel.
Respira mi balcón calmado como lago,
huele a mástil de madera en verano y a tabaco.
                                                                           Oigo
el remo de una voz vertiendo Griego,
las copas diplomáticas del night club,
la plegaria traslúcida del agua.
                                             

Allá de los parterres, en autismo,
                                                      Venus entre látex,
erizada por brisas del estrecho,
congrega alrededor mi vida y mi recuerdo
-destellos subacuáticos perfilan
la carne del amor, la luz harina
                                                 gozosa de su piel.


La nada brotará para nosotros;
carcaj de mortero (o gas) para nosotros -¿esta noche?
                                                                                      No.
                                                                                           Aún
cimbrarán sus caderas en el lobby, queda tiempo
de amarlo y registrarlo
antes de cernirse el tsunami del olvido.


¡Que sea mi respuesta siempre así: la poesía!

martes, abril 23, 2013

Viador



Si la vía es angosta o transitable
sólo es, viador, tu decisión.

Verás desde el alcor la vía dorada
si doras cada piedra del sendero;
solaz de pueblo blanco y umbral fresco
si al oír la campana descabalgas.

Pupilas aceradas tras las rejas
serán francos portones si tus manos
son fáciles y exentas, si tu pecho
respira minucioso, si tus labios
le dan al aire limpio un verso viejo.

Tendrás tu crepitar, tu fuego interno
si avivas cada brasa en la vereda.
Y si te das entero y verdadero
sabrás del lento amor, la noche quieta.

Si la vía es angosta o transitable
sólo es, viador, tu decisión.

miércoles, marzo 13, 2013

Claudio en la casa de Menandro


Grato proclama a Claudio emperador
Lawrence Alma-Tadema, 1871






Acércate al caldario;
desnúdate de Roma y de Cartago
como si ya los bárbaros hubieran
limpiado las fronteras;
como si no se inclinaran los esclavos,
ni cónsules irónicos, riendo en el Senado,
gozaran del temblor de tus arengas.

Como si nadie hubiera descorrido la cortina
y fueras para siempre, adicto del escarnio ciudadano,
un cojo balbuciente
que ejerce de bufón en el mercado,
el asno que retuerce grotesco la quijada
a cambio de un bozal de pan y arenque.

Como si ya vinieran las cenizas
a taparnos, y una niña lavara sin pensarlo
polvorientos laureles de tus canas
y riendo enjugara tus mejillas
hinchadas de veneno consentido y sangre derramada.
Como si no fuesen tus ojos como sombras.

Tú, Claudio, que odiaste siendo dios, siendo tarado,
desnúdate de Egipto y de Britania,
como si entrase Germánico en el vaho,
desnudo también él de tantos años,
a librarte por fin de tanta Gloria
y supieras por él que aquellos muertos
esperan sin rencor
la extraña dignidad de tu caída.

lunes, enero 28, 2013

Labor de noche

El panteón de Concha Heres. Cementerio de Grado, Asturias. Foto de Alejandro Braña. www.asturiaspordescubrir.com




los hombres                
acabaron así               
como los días

J.J.M. Ferreiro

Perdido de verdín, ángel de mármol
que guardas un indiano mausoleo
-el trance de las almas al deseo,
la inquina del zarzal, la fe del árbol

de la palma, que dora tu blancor
rindiendo en gota frágil lluvia atea-,
¿recuerdas el bullicio de la aldea
que el aire transportaba?, ¿el amor

gimiendo entre las lápidas sus nombres?,
¿las mullidas esquilas de la sierra
que al oro de la tarde bendecías?

¿Recuerdas? Hace años... Ya la guerra
anda en labor de noche, ya los hombres
acabaron así como los días.





Archivo del blog

Seguidores