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viernes, noviembre 16, 2012

El gusano de la duda


Después de haber sabido y transitado
caminos de rencor y anomalía
-como horada el arroyo sin cuidado
cuando rinde el invierno su sangría-,

después de haber amado y, en la noche,
haber yacido en tálamo caliente
-así con pluma tierna el alimoche
gobierna el nido íntimo y latente-,

después del deshonor y el desacato,
del miedo y del valor, la pena oscura
y el ancho amanecer -dulce proeza-,

tendrás que digerir un frío dato:
sólo queda el gusano de la duda,
el manso envejecer de la certeza.

lunes, noviembre 12, 2012

Un nombre distinto





                                 desleírse en unitaria lluvia
                                                       Ramón Ataz


Por razones que no vienen a cuento
usé un nombre distinto por un tiempo.


Amé con ese nombre,
adaptando el amar a sus contornos
viriles y cremosos.
Saciaba mis sentidos el oírlo traído de un gemido,
o bien en un sencillo razonar que no recuerdo.

Algunos adjetivos encajaron
mejor en ese nombre que en el mío
y otros desleían su color, caían a la lluvia
las columnas hastiadas de la farsa.


Ajeno a la ciudad me desnudaba
vestido de ese nombre, extraño de mí mismo.
Una voz de la calle lo nombraba
-abierto ventanal, bochorno tormentoso de la tarde-
y yo lo capturaba,
y ya no respondía de mi vida,
de todo aquel tinglado pegajoso.

Aquel nombre murió
incapaz de designar un cuerpo tardo,
cansado de luchar contra la inercia,
arrumbado al archivo de las sombras.

Por razones que no vienen a cuento
usé un nombre distinto por un tiempo.

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