Suzanne Vega, Luka. 1987 |
La vergüenza es un sentimiento revolucionario
Karl Marx
Mi vergüenza es tan grande como mi cuerpo,
pero aunque tuviese el tamaño de la tierra
no podría volver
Antonio Gamoneda
Yo era joven, había guerra lejos.
El Gobierno envió tropas, soldados jóvenes y pálidos
con menos privilegios que los míos.
Y había una muchacha muy guapa y progresista
que no se impresionaba fácilmente.
Había calimocho y marihuana,
había una gran marcha de protesta:
todos juntos en el sueño de inocencia fácil de las masas.
Y había un policía joven y nervioso
con menos privilegios que los nuestros
—universidad, comida y cama gratis, bromas gratis,
Levi´s rotos, vinilos y poemas
rebosantes de rabia de juguete—.
Y alguien muy valiente lanzó desde la masa
un adoquín al casco de aquel joven policía.
Volvió, a punto de caer, su rostro confundido, reflejaba
el miedo a la injusticia, al colectivo en poder del privilegio.
Y yo también entonces coreé, junto con otros:
¡ETA mátalo!
Mi vergüenza.
Mi vergüenza es tan grande como mi cuerpo,
pero aunque tuviese el tamaño de la tierra,
no podría volver
y callar.
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