Carrie Fisher en 1977 |
Vas explorando terreno árido, improbable,
en gemido frío y distancia, como perro
de lomo tembloroso que husmeara
vida externa nueva
donde otros perfumaron antes con su magia los túmulos del alma.
Las leyes de ese tránsito erizado son el sueño y el recuerdo.
Recias leyes: allá entre la maleza de vergüenzas, donde odias
escarbar memorias tumefactas,
un reclamo fantasmal, un volátil humor de trufa negra
lo paraliza todo, te religa con algo que no es nada.
Lo demás es tiempo dudoso y tierra fuera:
preñadas de silencio, tus carencias
hacen uñas codiciosas y entonces, afilada y rara
polilla endémica que pasa por cedazos normativos de palabras,
ve la luz, como un recién nacido,
palpitante y compleja,
la plegaria.
4 comentarios:
¡Magnífica plegaria! Abrazo y salud, amigo Pablo.
Gracias, querido amigo.
Un honor siempre tu paso generoso.
Un abrazo.
Genial
Gracias Tino, Celes.
Un honor verte por estos lares.
Un abrazo.
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