El lamentable estado actual de Velintonia. Calle Vicente Aleixandre, 3. Madrid. |
Cierto día, Jaime Gil de Biedma adelanta su hora de visita a Velintonia
[algo que a Aleixandre no le gustaba, dado el estricto horario que establece para recibir].
[algo que a Aleixandre no le gustaba, dado el estricto horario que establece para recibir].
Para su sorpresa, es Carlos Bousoño quien, en albornoz, le abre la puerta.
La memoria de un hombre está en sus besos. Biografía de Vicente Aleixandre.
Emilio Calderón, 2016
Me abriste la puerta, y
antes que cerrara sus ojos tu sorpresa
con un grueso sudario de
cumplidos,
percibimos los dos la mordiente
emanación de la violencia
del amor interrumpido, disputado.
—Jaime…— apenas una
sístole jadeante,
el reflejo defensivo de
anudar tu albornoz al acre olor a hombre,
un prosaico asomarte de
burgués sobre mi hombro,
acaso al murmurar del
cedro al viento,— ¿Cómo estás…?
—Carlos, ¿quién es? — la
voz del redentor gemía dentro, lejos,
mullida todavía de
placer,
caprichosa, ligeramente
anciana, intransigente,
y tus ojos se
encontraron por un tiempo con los míos,
callando las palabras,
teorías, poesías…,
pidiendo nada más que compasión
para los tres,
queriendo anegar en
amistad nuestras quiebras respectivas.
— Ya sabes que yo
siempre me adelanto— te dije,
y sonreímos.
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