De todas maneras, pobre cuerpo...
por ti, codicia, alma, lo que seas: afán nocturnal de maltratarlo.
La cuota de fruición ya goteando, pobre cuerpo, y sigues, ¡por tu alma!, borriquillo
desvainado de trotar con otros cuerpos.
Pobre cuerpo: apenas una brizna de claror moja la estancia
¡allá se van tus ojos a horadarla!,
a clavar sus agujas en tu sien emborrachada por el alma,
a dejarse abonar en el dolor, ¡y cómo duelen!
los cartílagos de estar siempre acechantes,
los cinturones de grasa fermentados, las hueseras
cariadas de etanol y decepciones.
Pobre cuerpo, error de la inexistencia;
trasiegas corazón sin esperanza y basta un buche
de belleza casual para que rompa a hervir toda tu savia. Basta el sueño
de dar paso a un eternal tu sacrificio
para que duermas tranquilo como un niño.
De todas maneras, pobre…
pobre cuerpo.
2 comentarios:
Haces de lo cotidiano algo trascendental.
Un placer estar en tus letras compañero.
Abrazos.
Gracias Maria Pilar,
un honor verte por aquí comentando mis cosas.
Un abrazo, amiga.
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