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sábado, abril 18, 2009
El vendedor de rimas
pobre Tyll...
Bullicio en el mercado, cestos llenos
de arenque en salazón y pan de hogaza;
el alma del viandante se solaza
con la voz de un obrero de los sueños
que a lomos de un pollino clavileño
recita verdes rimas con cachaza
por un par de monedas o una taza
de aguardiente de sidra de un barreño.
¡Cuánta tristeza esconde tras su rima
trufada de embelecos y espinella!
¡Cuánta pobreza asona su autoestima!
Rima le da El Señor sin pretendella
si aquesta bella moza no escatima
con un poco de pan y un poco de ella.
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